martes, 4 de agosto de 2020

«Tres claves para una vida más Eucarística»

Por Padre Juan José Paniagua
Catholic-Link

1. Estar hambrientos de Dios - descubrirnos necesitados de Él, cultivar esa actitud de humildad que hace que tengamos hambre y sed de Dios. Es querer buscar de Dios, alimentarse de Él. Bienaventurados los pobres de espíritu, los necesitados de su palabra y alimento espiritual. Dejemos que transforme toda nuestra existencia.

2. Actitud constante de gratitud a Dios - vivir agradecidos con Dios por amor a Él. La mejor manera de dar gracias a Dios es ofreciendo la eucaristía. El que vive agradecido es fiel a Dios. La eucaristía va forjando un corazón agradecido. El que está agradecido es porque ha recibido un don gratuito, un regalo. Dios nos da las cosas de manera gratuita, por amor. Por eso hay que vivir agradecidos. En la eucaristía Dios se da por amor como alimento gratuito, nosotros al participar de la misa estaremos viviendo una constante acción de gracias.

3. Caridad (comunión) - vivir el amor con el prójimo. La eucaristía nos hace vivir en común unión con Dos y con nuestros hermanos. Vivir la misericordia es un signo visible de cómo la eucaristía nos transforma. Es vivir la caridad fraterna, preocuparnos los unos por los otros. La eucaristía es signo de la unión de nosotros como hermanos. Por eso no podemos estar enemistados. Reconciliate primero con tu hermano y luego presenta tu ofrenda ante el altar. La eucaristía debe llevarnos a la comunión, donde Dios se nos entrega totalmente y nos corresponde a nosotros entregarnos a los demás. Es un compromiso de amor al prójimo. La eucaristía es la entrega de Jesús como sacrificio, se parte y se reparte para que nosotros tengamos que comer; incluso sacrificandose el mismo para que a nosotros no nos falte nada. 

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