lunes, 26 de octubre de 2015

Oración al Espíritu Santo, pidiendo sus dones

Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, Amor del Padre y el Hijo; invádeme con tu presencia misteriosa que todo lo transforma y enriquece, y comunícame tus dones y tus gracias, para que yo pueda ser lo que estoy llamado a ser, desde el primer instante de mi existencia. 

Dame, Espíritu Santo, el don de Sabiduría que me permita penetrar y gustar, en la intimidad de mi corazón, todo lo que es de Dios, todo lo que procede de Dios, todo lo que me pone en relación con Dios. 

Dame el don de Entendimiento que fortalezca mi fe y mi esperanza y me lleve a reconocer, a aceptar, y a creer, con corazón ardiente, la verdad revelada por el Padre, a lo largo de los tiempos, a los hombres y mujeres de buena voluntad. 

Dame, Espíritu Santo, el don de Ciencia que me ayude a descubrir cada día, con inmensa alegría, tu presencia activa y constante en el mundo, en la intimidad de mi corazón y de mi vida, y en el corazón de cada persona que se relacione conmigo.

Dame el don de Consejo que me haga especialmente sensible al bien y la bondad, y me permita saber en cada momento y en cada circunstancia, lo que debo pensar, hacer, y decir, y también ayudar a los demás, a hacer lo mismo. 

Dame, Espíritu Santo, el don de Piedad que ilumine mi corazón y mi mente y me ayude a mantenerme en contacto contigo, y en relaciones de respeto y amor con mis hermanos, todos los hombres y mujeres del mundo, cercanos y lejanos. 

Dame el don de Fortaleza que me haga capaz de hacer siempre y en todo, lo que es bueno, justo, honesto, para mí y para los demás; sin temor a las consecuencias que ello pueda traerme. Buscando con amor y dedicación, realizar la la Voluntad del Padre. 

Dame, Espíritu Santo, el don de Temor de Dios que me permita amar tu Trinidad Santa con todo el corazón, y me conduzca por los caminos que llevan a ti, sin vacilaciones ni dudas. Espíritu Santo, Fuente de la Verdad y del Amor, sana mi alma de todo sentimiento negativo que turba y enceguece; que mi vida llegue a ser reflejo de tu luz que brilla y resplandece, y todas mis acciones hagan realidad en el mundo los frutos de tu gracia. Amén.

(Como incienso en tu presencia: Libro para orar, de Matilde Eugenia Pérez Tamayo)

No hay comentarios.: