mírame en esta circunstancia difícil en que se encuentra mi vida y ten compasión de mí. Confiadamente acudo a Ti, pues sé que eres Dios de bondad y manantial de amor.
Vengo a Ti, pues sé que no hay nada que no lo pueda lograr tu misericordia infinita. Acepto tus insondables designios, aunque no los comprenda. Me abrazo a ellos con aquel fervor y generosidad con que Cristo aceptó el Misterio del dolor en su vida. Humildemente te pido, me des la gracia de superar esta situación difícil, en este momento de mi existencia, y que esta prueba, lejos de separarme de Ti, me haga experimentar con mayor plenitud la omnipotencia de tu amor que limpia, santifica y salva. Hágase en mí Tu Divina Voluntad… Amén. Fuente: Gloria.tv Otras oraciones: http://www.reinadelcielo.org/oracion-para-casos-dificiles-y-urgentes/
"13.Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de ser sal, ¿cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente. 14.Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? 15.Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. 16.Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos." Evangelio según San Mateo, 5 - Bíblia Católica Online