lunes, 16 de enero de 2012

La Herencia

En un lejano país, vivía un hombre que tenía tres hijos. Nunca consiguió que vivieran en paz y armonía, y ese era sus gran dolor. Presintiendo su muerte, llamó a los tres hermanos junto a él para repartir sus bienes.

Al mayor le dejó un terreno rocoso al pie de la montaña. La tierra aquella era árida, pero poseía un manantial de agua abundante y pura. Al segundo hijo, le legó una gran extensión de tierra fértil, aunque seca. Al tercero, dejó un granero lleno de semillas.

Murió el padre y los tres partieron hasta sus posesiones. El mayor trabajó la roca y construyó una presa, pero no pudo hacer más, porque no tenía campo ni granos. El segundo limpió su campo de piedras y lo aró, pero tampoco pudo continuar, pues no tenía agua ni semillas. La tarea del tercero fue separar las distintas semillas que su padre le había dejado, además de limpiar el granero.

Pasó el tiempo, llegó la primavera y la época de la cosecha, y los tres hermanos vieron como los campos vecinos florecían y daban abundante fruto mientras que el suyo permanecía estéril.

El menor de los hermanos, apenado porque la semilla podía perderse, tomó la iniciativa de acudir al campo de su hermano cargando sacos de grano. Al llenar los sacos descubrió un pequeño cofre sellado en el que estaba grabado su nombre. En el interior encontró una medalla dorada de extraña forma. Guardándose el objeto salió hacia el campo de su hermano. Cuando hubo llegado, le propuso compartir campo y semillas y, como este aceptara, se dispusieron a sembrar juntos.

Estaban abriendo los surcos, cuando las herramientas toparon con algo duro que estaba enterrado. Era otro cofre, igual al primero, que también contenía una medalla extraña. Estaba destinada al segundo de los hermanos. Al terminar la siembra, se dieron cuanta de que no podían regarla sin ayuda del tercer hermano, dueño del manantial.

Fueron a donde él y le propusieron compartir agua, semillas y campo. Como también aceptara, se dieron a la tarea de remover las piedras para dar curso al agua.

Debajo de una de las piedras encontraron un tercer cofre idéntico a los anteriores, conteniendo también una medalla. Compararon las medallas y descubrieron que encajaban unas con las otras, formando un hermoso medallón. Era el último mensaje del padre.

Se miraron unos a los otros y con expresión de haber comprendido lo que el padre quería de ellos, se dispusieron a cultivar el campo. Trabajaron arduamente utilizando el campo de uno, las semillas del menor y el agua del mayor. Al cabo de un tiempo, el terreno floreció y dio frutos abundantes y hermosos.



Reflexionemos:

1. ¿Cuál cree usted fue el mensaje que el padre les dejó a los hermanos?

2. Compare la situación de alejamiento y desinterés en estos tres hermanos con la situación actual de su vida, de la vida del hombre, de la vida en el mundo.

3. ¿Qué podemos hacer para mejorarlo?